Las mascotas, especialmente perros y gatos, son seres sensibles que desarrollan profundos vínculos con sus familias humanas y, en muchos casos, con otras mascotas del hogar. Este lazo emocional no solo influye en su comportamiento diario, sino también en su estado de ánimo cuando se enfrentan a una pérdida o ausencia significativa.
¿Pueden sentir tristeza o duelo?
Sí. Numerosos estudios y testimonios indican que los animales pueden mostrar signos de duelo cuando un compañero —humano o animal— ya no está. Estos signos pueden incluir:
- Pérdida de apetito
- Cambios en los patrones de sueño
- Menor energía o entusiasmo
- Aullidos, maullidos o comportamientos vocales inusuales
- Búsqueda del ser ausente por la casa
- Apego excesivo o, por el contrario, retraimiento
¿Por qué sucede esto?
Las mascotas son altamente perceptivas. Detectan cambios en el ambiente, en las rutinas y, sobre todo, en las emociones de sus cuidadores. Si un miembro del hogar desaparece repentinamente, su mundo se altera. En el caso de animales que han convivido durante años, la pérdida de su compañero puede ser tan impactante como para un ser humano.
El rol del vínculo emocional
El vínculo emocional entre humanos y animales va más allá de la compañía. A menudo, se establece una relación de apego profundo, donde la mascota reconoce a la persona como una figura de seguridad, afecto y estabilidad. Por ello, la ausencia provoca una sensación de pérdida que impacta directamente su bienestar emocional.
¿Cómo podemos ayudarlos?
- Mantén la rutina: La estructura diaria les brinda seguridad.
- Dales más atención: Dedica tiempo a juegos, caricias y paseos.
- Sé paciente: Permite que procesen la ausencia a su ritmo.
- Considera la compañía: Si la pérdida fue de otra mascota, podría ayudar una nueva relación, cuando todos estén listos.
- Consulta al veterinario: Si los síntomas de tristeza persisten, podría ser necesaria una evaluación médica o terapéutica.
Un duelo compartido
Muchas veces, tanto humanos como mascotas atraviesan el duelo juntos. Reconocer este proceso y acompañarnos mutuamente puede ser una forma de sanar en conjunto. Al igual que nosotros, ellos necesitan comprensión, apoyo y amor para adaptarse a la nueva realidad.